La familia Gontard, originaria de la región de Dauphiné, ha tejido a lo largo de generaciones una historia empresarial rica y diversificada, marcada por una constante capacidad para innovar y adaptarse a las evoluciones económicas.
Albin Gontard
Louis Gontard
Albert Gontard
Jacques Gontard
Yann Gontard
De los zapatos a la gran distribución…
La aventura comenzó en 1835 con Claude Gontard, quien fundó y luego transmitió a su hijo, François-Antoine Gontard, la “Manufacture de Chaussures Cousues et Rivées – Gontard Ainé & ses fils” establecida en Lyon. En 1909, los dos hijos y socios de François-Antoine, Albin y Louis Gontard, vendieron la empresa preservando la continuidad del nombre, que se convirtió en “Chaussures Stéphane Gontard”.
Tres años después de su creación, en 1907, Albin y Louis adquirieron la Société des Docks Lyonnais. Bajo su impulso, esta se transformó rápidamente en una “sociedad capitalista de alimentación con múltiples sucursales”, expandiendo su red a 650 puntos de venta en Rhône-Alpes y 3,000 en toda Francia. Las adquisiciones estratégicas, como la Société Laitière Moderne o la Compagnie Générale des Vins du Midi et d’Algérie, consolidaron aún más su imperio.
La revolución de los supermercados e hipermercados
Con el fallecimiento casi simultáneo de Louis y Albin en 1951, las riendas del grupo se confiaron a Albert Gontard, el hijo mayor de Albin. Visionario, Albert abrazó la revolución de los nuevos sistemas estadounidenses de distribución creando las marcas GRO y Mini-GRO en formato de supermercado. Apoyó activamente a su hijo, Jacques Gontard, entonces Presidente de Docks de Nevers, en el desarrollo de la marca Carrefour bajo franquicia en formato hipermercado, inspirándose en los seminarios de Bernardo Trujillo, el “papa” de la distribución de la época.
Después de un breve período en el que Jean Gontard, hermano de Albert, asumió la presidencia, Jacques Gontard, su sobrino e hijo de Albert, le sucedió en 1975. Jacques desarrolló el sector de la gran distribución, principalmente hipermercados bajo la enseña Euromarché en territorio francés.
El giro estratégico hacia el sector inmobiliario
Los años 80 marcaron un punto de inflexión importante: frente a una competencia feroz y a pesar de una rentabilidad fragilizada, las oportunidades de adquisición valoraron generosamente los fondos de comercio. En 1983, las superficies pequeñas y medianas se vendieron a Genty-Cathiard, integrado en Rallye y, en 1986, los hipermercados Euromarché se vendieron a Carrefour.
Como consecuencia de esta estrategia, la Société des Docks Lyonnais se transformó en una sociedad inmobiliaria y financiera. Su nueva vocación era valorizar su patrimonio histórico (especialmente el redesarrollo de los antiguos almacenes de Vaise en Lyon 9º) y comprometerse en nuevas operaciones inmobiliarias en Francia, como tiendas outlet de fábrica.
Jacques Gontard
Yann Gontard
La nueva generación y la perpetuación del legado
En 1987 y 1989, Frédéric y Yann Gontard, hijos de Jacques, se incorporaron al Consejo de Administración. Durante casi dos décadas, Yann Gontard aportó una visión estratégica y competencias afinadas adquiridas en sociedades internacionales especializadas en inmobiliario y finanzas.
A finales de 2005, con el advenimiento del régimen fiscal de las Sociedades de Inversión Inmobiliaria Cotizadas (SIIC) que conllevó una fuerte valorización bursátil, la mayoría del capital de los Docks Lyonnais se vendió a Shaftesbury Asset Management y al fondo Continental European Fund (UBS Wealth Management), abriendo una nueva fase de desarrollo.
En este momento crucial, Yann Gontard fundó el Grupo Gontard para perpetuar la evolución de la historia familiar. Creó una estructura jurídica dedicada a las prestaciones inmobiliarias y financieras, así como vehículos de inversión a corto o largo plazo, basados en la calidad intrínseca de los activos adquiridos. Se apoyó así en una tradición familiar de emprendimiento de varias generaciones para perpetuar un grupo resueltamente orientado hacia el futuro en los ámbitos inmobiliario y financiero, rindiendo un homenaje duradero al legado recibido.
